30 nov 2013

¿Y si fuera ella? 24

La luz que entraba por la ventana despertó al escritor. Giro lentamente la cabeza buscando Kate, a sus ojos aun le costaban enfocar, pero cuando por fin logró hacerlo descubrió que junto a él en aquella cama no había nadie.

Se levantó con urgencia, una sensación nada agradable se había instaurado en él. Salió de la habitación buscando a Kate por la casa, pero no había rastro de la detective. Volvió a la habitación, busco su móvil y llamó a la detective, le saltó el buzón de voz. Aquello no podía significar nada bueno. Se vistió a toda prisa, tomó las llaves del Ferrari y salió en dirección a la casa de ella.

Una vez frente a la puerta de la detective llamo insistentemente ante la falta de respuesta decidió usar la ganzúa que había llevado. Una vez dentro del apartamento de Beckett descubrió que allí tampoco estaba.
Se sentó un momento en el sillón intentando organizar su cerebro. Una imagen apareció nítida, Kate sin lugar a dudas había ido en busca de Volkov. La única posibilidad de encontrar a Beckett era encontrando a Volkov. Para él la única posibilidad de salvar a Kate era llegando él antes al lugar donde se encontrase el asesino.

Repasó mentalmente toda la investigación que había realizado, no había encontrado el lugar donde Volkov residía. Ante él se habrían dos opciones, la primera era acudir al FBI pero si lo hacía Kate sería considerada casi una delincuente la segunda era acudir a la gente de los bajos fondos. Aun conocía a gente que le debía más de un favor, la pregunta es si estarían dispuestos a ir contra Volkov.

Tras multitud de llamadas logró una cita con Alexei Puskin el mayor enemigo de Volkov desde la época en la que los dos eran unos simples delincuentes en Moscú. Aquella cita le costó una gran suma de dinero y no garantizaba que llegara a tiempo de salvar a la detective, pero aun así sentía que debía intentarlo ya que se sentía responsable del actuar por parte de la detective.

La cita con Puskin se llevaría a cabo en el restaurante Uncle Vania situado en la 315 West 54th street.
Ante el escritor se encontraba un hombre de mediana edad, una profunda cicatriz le recorría el rostro desde la sien izquierda hasta la mandíbula derecha. Los ojos eran de un azul intenso, el pelo canoso.

-Señor Castle, siéntese. Es un placer conocerlo, mi hija Anna es una gran admiradora suya.
-Supongo que debería estar agradecido. Señor Puskin no se si nuestro amigo en común le ha contado la razón de mi visita.
-Oh, no señor Castle. Antes de hablar bebamos. Brindemos por habernos conocido. Brindemos porque esta relación que ahora comienza entre los dos sea fructífera. Bebamos Vodka. Zazdarovie Castle –decía el ruso antes de beber de un trago su vaso de Vodka.
-Zazdarovie Puskin –decía el escritor imitando a su interlocutor.
-Bien, y ahora hablemos. ¿Cuál es la razón de su visita? Nuestro amigo en común solo me ha dicho que me encantaría colaborar con usted.
-Necesito encontrar a Vladimir Volkov –Castle vio como la pequeña sonrisa que hasta entonces Puskin había tenido desapareció.
-Y ¿porque usted quiere encontrar al diablo? Nadie debería querer buscar a la muerte. Todos deberían alejarse de ella.
-Necesito encontrarlo antes de que lo haga otra persona.
-Si ya hay alguien tras el diablo, porque querer llegar antes. No es lógico señor Castle.
-Me siento responsable de que esa persona vaya tras Volkov.
-¿Por qué es usted responsable de la locura de esa persona?
-Hace años Volkov mando asesinar a la madre de esa persona. Hasta ahora nadie había descubierto que fue él el responsable de aquel asesinato. Pero yo lo he descubierto, y al darle su nombre he hecho que ella quiera venganza.
-Ella, así que todo esto es por una mujer.
-No, no es por una mujer. Es por ella. Es por la mujer de mi vida.
-Ya veo, esto es por amor. Sabe señor Castle las mayores locuras siempre se hacen por amor. Volkov y yo hubo un tiempo en que éramos como hermanos, hasta que una mujer se metió en medio. Pasamos de ser hermanos a ser enemigos. Luchamos por el amor de Vania, y yo gané. Gané una mujer hermosa, dulce y cariñosa. Perdí un hermano. Mi antiguo hermano me regaló la cicatriz de mi cara, para que cada día recordara que le había robado a la mujer que amaba.
-Puskin, necesito encontrar a Volkov antes que Kate. Porque si no ella cometerá un asesinato. Y todo por lo que ha luchado en su vida será papel mojado.
-Vania nos hizo prometer antes de morir que ninguno mataría al otro con sus manos. Que ninguno mandaría a sus hombres a por el otro. Pero no dijo nada de ayudar a un extraño a terminar con el otro.
-¿Eso significa que me dará una dirección?
-Eso significa, que en ese papel que hay delante de usted encontrará lo que busca. Señor Castle espero que la mujer merezca el precio que usted puede que termine pagando –dicho eso Puskin se levantó y abandonó el restaurante.

29 nov 2013

¿Y si fuera ella? 23

La luz que entraba por la ventana hizo que Kate se despertara, instintivamente extendió su brazo buscando a la persona que había dormido junto a ella. No encontró a nadie, el otro lado de la cama estaba vacío, se giro comprobando que efectivamente a su lado no había nadie. Lentamente salió de la cama, decidió ponerse una bata de seda, que encontró en el sillón de la habitación, sobre la ropa de dormir y caminó hacia la cocina esperando encontrar allí a su compañero de sueño.

Se paró en el salón desde el cual se veía perfectamente la cocina, allí estaba él preparando el desayuno. La detective se extrañó al verle ya duchado y vestido, aquello según ella pensó no podía ser bueno.
El escritor se giró como si hubiera notado la presencia de ella. Intentó sonreír pero tan solo logro que saliera una mueca rara.

-Buenos días Beckett, estoy preparando el desayuno. He bajado a comprar cruasanes, el zumo ya está y el café estará listo en un segundo. Siéntate y te lo voy sirviendo –la detective sintió una profunda tristeza al escuchar que volvía a ser Beckett para él.
- Gracias Castle, no tenias que haberte molestado. ¿Hace mucho que estás levantado?
-Hace un par de horas. Me desperté y no lograba quedarme dormido de nuevo, así que decidí levantarme para que tú pudieras continuar durmiendo. Bueno me tomo el café y me marcho.
-¿Ya?, me refiero desayuna como es debido. No hay prisa.
-No quisiera que tuvieras problemas con Josh por mi culpa. Debe estar a punto de llegar para que os vayáis a donde fuera que ibais.

Aquello no se lo esperaba la detective, Castle creía que ella aun estaba con el médico. Inmediatamente pensó que debía sacarle de su error.

-Tranquilo, no hay problema. Josh y yo lo hemos dejado –Kate miró al escritor intentando descifrar que pasaba por su cerebro tras escuchar que ella era libre.
-¿Por qué lo habéis dejado? Y ¿Cuándo?
-Fue el día, el día de tu desaparición. Sabes me gustaba, me gustaba mucho, pero con eso no es suficiente.
-Lo siento, siento haberte causado problemas. No debí desaparecer de aquella forma.
-Cierto, no debiste hacerlo. No es culpa tuya que Josh y yo hayamos roto. Ya te digo que no es suficiente con que me gustase. Necesitaba algo más.

28 nov 2013

¿Y si fuera ella? 22

Los dos días siguientes fue un no parar por parte del escritor pero por fi aquella era la mañana del día señalado. Se levantó a las seis de la mañana aun tenia cosas que hacer. En menos de dos horas llegaría el gran pedido de bebidas. Y deberían colocar todo en las grandes neveras llegadas la tarde anterior.

Eran las doce ya y supervisaba los últimos toques que la diseñadora estaba dando a la decoración. La verdad es que había sido una suerte que aquella joven se cruzase en su camino. La idea de él había sido desarrollada a la perfección por la joven.

-Anna, espero que esta tarde asistas a la fiesta.
-¿En serio? –la cara de la joven reflejaba la alegría que aquella invitación le había supuesto- Me encantará. Siendo así y como esto ya está terminado será mejor que me marche para preparar mi ropa.
-¿Cómo vas a vestirte? –Preguntaba un tanto ansioso Castle.
-Ah, lo siento. Será sorpresa. Pero seguro que te gustará –decía la joven guiñando un ojo al escritor.

Al mismo tiempo que la diseñadora abandonaba la vivienda del escritor, éste decidía ir a casa de la detective Beckett. Al final había decidido que era mejor que ella se sorprendiera como el resto de invitados. Aprovecharía para hacer algo con ella. Sabía que aun ellos no habían tenido la conversación pero ese no sería el día.

El timbre de la puerta sonó justo en el momento en el que ella salía de la ducha, tan solo se puso una toalla alrededor del cuerpo y se acerco a mirar quien seria. Descubrió quien era la persona que se encontraba al otro lado y los nervios se apoderaron por unos segundos de ella. Pensó rápidamente si sería conveniente abrir la puerta cubriendo su cuerpo tan solo con una toalla, finalmente decidió ser mala.

27 nov 2013

¿Y si fuera ella? 21

La detective Beckett por fin llegaba a casa de su novio. Podía sentir los nervios en su estomago. Aquella seria una conversación dura, debía ser sincera con aquel joven pero sobre todo debía ser sincera con ella misma. La puerta de aquella casa fue abierta por un sonriente Josh, nada más abrir pudo ver que algo no iba del todo bien por el gesto que Kate dibujaba en su rosto.

-Pasa, no te quedes ahí –decía viendo como la detective no se decidía a traspasar esa puerta- supongo que esta noche no se va a parecer en nada a lo que yo tenía pensado.

Beckett se dirigió al salón y se dejo caer en el sofá, se tomo la cabeza entre sus manos y suspiro profundamente.

-Josh tenemos que hablar –por fin pudo pronunciar aquellas palabras que indicaban al médico que efectivamente algo iba mal- porque no te sientas.
-Estoy bien de pie. Kate que pasa, que va mal. Me estás asustando.
-Estoy enamorada, estoy loca y perdidamente enamorada.
-Bueno eso no es malo –viendo la cara de su novia decidió que igual si lo era.
- Cuando tenía 16 años llego a mi instituto un alumno nuevo –decidió que lo mejor sería contar su historia desde el principio- durante un tiempo le odie, era la única persona que sacaba todo lo mala que había en mi. Con tan solo una frase era capaz de hacerme perder la paciencia, era engreído, egocéntrico.
-No entiendo porque me cuentas eso – la verdad es que estaba totalmente perdido.

26 nov 2013

¿Y si fuera ella? 20

En la cabeza del escritor aun resonaba la pregunta de su madre. Que iba a hacer para recuperarla. Mientras pensaba que podía hacer para que la detective se fijara en él y se olvidase del médico reparó en algo dicho por Martha.
Ella había usado la palabra recuperar, no había dicho que iba a hacer para conquistarla no, había dicho recuperar. Pero como iba a recuperar algo que nunca había tenido. Con esos pensamientos se fue quedando profundamente dormido.

- Verás, hace ya unos meses decidí que este verano iría a visitar a mi tío Henry. Bueno en realidad no es mi tío, es el ex marido número 2 de mi madre, pero siempre hemos tenido una conexión especial.
-Vale, ¿solo es eso? Realmente me habías asustado. Me parece genial –menos mal, solo es que va a estar fuera unos días- y ¿cuándo te vas?
-El viernes, salgo el viernes.
-Aha, vale eso es pasado mañana. Y regresas cuando ¿el lunes? O te quedas unos días más
-Veras, solo quiero que  escuches hasta el final y luego hablamos vale? –Venga Rick, tú puedes hacerlo-  Cuando comencé este último año en el nuevo High School me prometí a mi mismo que esta vez todo saldría bien. Que no volvería a meterme en líos, que  sería el lugar en el que terminaría mis estudios y donde decidiría cual iba a ser mi futuro. Decidí que mi pasado no me alcanzaría, que nunca más las drogas ni las peleas formarían parte de mi vida. Y todo comenzó bien, el instituto me gustó, la gente era fantástica, el grupo de debate entró en mi vida y parecía que todo empezaba a tener sentido, que todo se encauzaba. Incluso en los días en los que nosotros parecíamos dos bombas de relojería a punto de explotar, incluso en esos días mi vida tenía sentido. Ahí decidí que al final del curso si lograba que todo terminase bien, iría a ver a Henry, para poder contarle que todo lo que un día le había prometido al salir de un juzgado lo estaba logrando. Me sentía feliz, pleno, lleno de vida nuevamente. Nada ni nadie podía hacerme dudar de mi mismo. Entonces sucedió, mi pasado volvió y me explotó en la cara.  Siempre dicen que cuando todo va especialmente bien deberíamos prepararnos para recibir un golpe que compense y equilibre de nuevo la balanza. En mi caso, no estaba preparado para el golpe, no lo esperaba y además fue demasiado duro. Si no hubiera sido por tus padres, ahora lo más seguro es que no estuviera aquí.
-Cariño, por favor…-dios no puedo verle así.
- Solo deja que termine-decía Rick mirando a su novia- después de aquello, tú reapareciste en mi vida por así decirlo. Descubrí a la chica de la que todos me hablaban, y me enamoré de ella. Y por extraño que parezca tú lo hiciste de mí. Así que de nuevo volvía a sentirme bien, feliz, pleno. Pero algo dentro de mí no estaba bien, y aun hoy no lo está. Necesito salir de esta ciudad, necesito recargarme, necesito procesar todo lo que ha sucedido en mi vida no solo en este último año sino también en los 2 años anteriores. Necesito procesar que mi mejor amigo fue asesinado por 2 policías corruptos, que fui perseguido por ellos, detenido, juzgado y que eso no sucedió una sola vez. Necesito procesar que esos policías me tendieron una trampa para así poder terminar conmigo. Necesito procesar que si en mi vida no hubiera existido una Kate Beckett ahora estaría como poco en la cárcel y como mucho muerto. Necesito procesar que por un momento mi madre no confió en mí, y pensó que el “malo” de la película era yo. –Las lágrimas surcaban la cara de Rick- Kate, me estoy ahogando, siento que me voy hundiendo cada día un poco más, siento que lo único que aun hace que me mantenga a flote eres tú. Y no quiero que cargues con ese peso, quiero ser capaz de ofrecerte lo mejor de mí. Quiero poder darme por entero a ti. Quiero que seas totalmente feliz. Pero para que todo eso suceda, necesito curarme.
-Rick, oh mi amor, que puedo hacer para ayudarte? Como no he sido capaz de  darme cuenta de su dolor? Como no he visto que tus bromas y tu sonrisa escondían tanto dolor- no podía dejar de llorar, no quería que su amor sufriera de aquella forma.
-Nada de esto es culpa tuya. Al contrario, solo tú eres la responsable de que aun esté en pie. Pero necesito irme, mi viaje es a Escocia. –vi la sorpresa dibujada en su cara- Henry vive allí desde hace 5 años, y es allí donde voy a pasar todo el verano.
-Todo el verano? En Escocia?- se va, dios se va demasiado lejos-
-Lo siento, pero …
-Vale. No te disculpes. No es lo que tenía planeado para este verano, pero…-dios, está tan indefenso. Realmente necesita tanto ese viaje, no sabe cuánto le echaré de menos- Lo entiendo, mi amor. Entiendo que necesitas alejarte, recuperarte, cargarte de energía, dejar de una vez por todas tu pasado tras de ti. No voy a negarte que me encantaría que lo hicieras aquí junto a mí. Pero entiendo tu decisión.  Solo te voy a pedir una cosa, y es que no olvides que yo estoy aquí, por favor llámame, cuéntame cómo te va allí, como te vas sintiendo, deja que aun en la distancia forme parte de tu recuperación.
-Como voy a olvidarme de ti, eres lo mejor que me ha pasado en la vida.
-Te quiero Richard Rodgers.
-Te quiero Kate.

Se despertó como siempre bañado en sudor. Esta vez el sueño había sido mucho más largo y con muchos más detalles. Salió de la cama y se puso el pantalón de chándal que había dejado tirado la noche anterior junto con una sudadera y las zapatillas de deporte. Se dirigió al salón y salió de la casa. Necesitaba respirar aire fresco urgentemente.

25 nov 2013

¿Y si fuera ella? 19

Aquella mañana sería la primera vez que acudiría a su terapeuta desde que regresó a la ciudad. Había estado realmente ocupado con la edición de su nueva novela, gracias a dios por fin tenían fecha para su lanzamiento y en unos días comenzaría la promoción.

-Rick, vaya tienes muy buen aspecto. ¿Qué tal ha ido el verano? ¿Pudiste terminar la novela?
-Bueno veras, el verano bien. La novela estaba terminada antes de mi marcha.
-Vaya, entonces que se supone que has estado haciendo todo este tiempo.
-Bueno verás, necesitaba tiempo, espacio y libertad para poder investigar el asesinato de la madre de Beckett –vio el gesto de desaprobación en la cara de su terapeuta- si me hubiera quedado entre los casos, mi madre, Kate…
-Repite lo que has dicho
-Que necesitaba tranquilidad para investigar…
-Esa parte no Rick. Has dicho mi madre en lugar de Martha.
-No creo, de ser así me habría dado cuenta.
-Pues siento llevarte la contraria pero no has dicho Martha. Bueno volveremos a ello. Ahora háblame de tu investigación.

Castle estuvo un buen rato contando todo lo que había descubierto incluido que Johanna fue su abogado en el pasado y termino su relato con el nombre del asesino.

-¿Como te hizo sentir el saber que de cierta manera estás relacionado en el caso de su asesinato?

24 nov 2013

¿Y si fuera ella? 18

Mientras preparaba su equipaje se decía a si mismo que había tomado la mejor decisión. Vale reconocía que había mentido a Kate, la novela estaba terminada desde hacía semanas, pero necesitaba marcharse para poder continuar con la investigación sin tener que preocuparse de si le podían descubrir. Había llegado la hora de llegar al fin de historia.
Mientras, en otra zona de la ciudad la detective estaba mirando sus viejos álbumes de fotos. Recorría cada imagen dejando volar su mente hasta el momento en que la misma fue tomada. Se detuvo en una. En ella se podía ver a una pareja joven sentada a los pies del tronco de un viejo ciprés. Su mente la transporto hasta aquel lugar.
-Según cuenta la leyenda bajo este ciprés se encontraban cada noche la mujer del último rey de granada con su amante, jurándose amor eterno. Kate, no sé cómo ni cuándo sucedió pero durante todo este año te fuiste convirtiendo en la persona más importante de mi vida-tomaba las manos de la mujer entre las suyas- Se que me tomarás por loco, que pensarás que es demasiado pronto, pero aun así debo decirlo. Te amo Kate Beckett, te amo tanto que a veces duele. Sé que eres la mujer de mi vida. Y sé que quiero pasar el resto de mi vida junto a ti. Nunca me iré de tu lado mientras tú quieras que ese sea mi lugar. Nada ni nadie podrá separarme de ti, si tú no quieres. Te amo por siempre y para siempre.
Las lágrimas corrían libremente por sus mejillas, en su cerebro solo se repetía un reproche. ¿Por que Richard, porque rompiste tu promesa?

22 nov 2013

¿y si fuera ella? 17

Aquella mañana como cada día Castle anunciaba su llegada a la comisaria por el olor a café recién hecho, una vez al lado de la mesa de la detective Beckett le tendía su café a la misma la cual se lo agradecía con su habitual sonrisa. El escritor se sentó junto a la detective mientras esta terminaba de rellenar el informe del último caso resuelto. Mientras él simplemente la observaba.
Cuando vio que la detective levantaba la cabeza de los documentos por fin se decidió a hablar.

-¿Ya termino detective Beckett?-viendo como ella asentía sonrió- menos mal porque comenzaba a aburrirme.
-Ya, tiene mucha cara escritor, algún día me tendrá que explicar porque tengo que aguantar que me siga cada día por toda la ciudad y en cambio nunca puede ayudarme con el papeleo.
-Es fácil, el papeleo es aburrido y seguirte es apasionante –decía poniendo cara de ser lo más obvio del mundo- y ahora que has terminado con eso podríamos hacer algo divertido.
-Veras Castle, estamos trabajando, bueno unos más que otros –levantaba la ceja- así que no podemos empezar con uno de tus jueguecitos.
-Auch, eso ha dolido –ponía su mano en el corazón simulando el dolor que sufría por lo dicho por la detective.
-Oh vamos Castle, creía que lo tuyo era la escritura y no el actuar –decía ella soltando una carcajada por la reacción del escritor.
-Beckett, ¿siempre quisiste ser policía? –Preguntaba al fin mirándola fijamente a los ojos.

La pregunta dejo por un momento descolocada a la detective ya que no se la esperaba. Y eso que en los meses que ya habían pasado juntos había aprendido que con el escritor cerca se podía terminar hablando de cualquier cosa que le pasara por el cerebro.

20 nov 2013

¿Y si fuera ella? 16

Relajarse eso era lo único en lo que la detective Beckett pensaba tras cerrar el caso que les había llevado de cabeza los últimos días. Solo pensaba en llegar a casa y darse un relajante baño de espuma, tal vez acompañar el baño con una copa de buen vino y lectura de un buen libro.

Castle por su parte tan solo quería salir del recinto, llegar a casa y salir con su niña a cenar pizza como le había prometido hacia unos días.

Laine y la detective se encontraron a la salida de la comisaria, ambas estaban agotadas. Los planes de la forense para esa tarde noche incluían a Javi, como así se lo comento Laine a su amiga. Querían intentarlo de nuevo.

La única duda que se le planteo a la detective fue a cerca del libro que empezaría a leer mientras tomaba su baño. No quería algo que fuera demasiado denso, tras mucho pensarlo se decidió por el último libro que le había regalado Laine “No me mires así”, con el reposando en el borde de la bañera junto a la copa de vino la detective comenzó a desnudarse para por fin tomar su tan deseado baño. Cuando por fin sus músculos entraron en contacto con la calidez del agua de su boca broto un suspiro.

Castle se disponía a abrochar la cazadora de su hija para por fin salir a dar un paseo y tomar su ansiada pizza. Los ojos de la pequeña estaban fijos en los de su padre y en su boca aparecía una tenue sonrisa.

-Papa –se decidía por fin la pequeña a preguntar a su padre lo que llevaba ya un rato pasando por su mente- ¿podemos invitar a la detective Beckett a pizza?
-Anda, ¿y esa pregunta?- La cara del escritor era de total sorpresa- ¿Ya te has cansado de estar a solas con tu viejo padre?
-Anda ya, no seas tonto, tú no eres viejo –respondía totalmente seria la pequeña- es que… estaba pensando que ella estará sola en casa y como el trabajo esta vez ha sido duro igual necesita salir y despejarse un poco.
-Eh, ya, es cierto que estará sola. Pero quizás es lo que ella quiere. Quizás a la detective le gusta la soledad.
-Papa, cuando tú estás muy, muy cansado y llegas a casa tras un caso de los malos te gusta que estemos juntos y que nos distraigamos ¿no?-viendo como su padre asentía la pequeña decidió continuar- pues supongo que a la detective le pasara lo mismo. Pero ella no me tiene a mi-terminaba su explicación con una sonrisa.
-No vas a parar hasta que la llame ¿verdad? Estaba bien. La llamare pero si dice que no,  no insistiremos ¿de acuerdo?

¿y si fuera ella? 15

Habían pasado cerca de cuatro meses desde que Richard Castle había estado considerado sospechoso en un asesinato, casi cuatro meses desde que la detective Beckett había visto como su pasado entraba de golpe en su presente. Durante todo este tiempo ambos habían continuado teniendo contacto, viéndose a diario, ya que el escritor había logrado, gracias a su amistad con el alcalde, quedarse como colaborador civil en la comisaria.

Cuatro meses desde que todos los recuerdos y sentimientos que la detective creía tener encerrados baja cien llaves habían decidido escapar de su prisión y golpearla casi a diario.

Cuatro meses en los que Martha veía a diario una sonrisa en el rostro de su hijo. Tiempo en el que ella comenzaba a sentir a su hijo cada vez más cerca, en el que sentía como aquel hijo que había perdido hace 16 años se iba acercando a casa.

Cuatro meses en los que el escritor había recuperado su ritmo de escritura gracias a la decisión que tomó una noche de basar su nueva novela en la detective Beckett. Tiempo que había hecho que su curiosidad por la detective diera paso a la admiración que sentía por ella a día de hoy. Tiempo que había logrado que él sintiera que aquella comisaria era su casa.

Aquella mañana sin embargo en su rostro no había sonrisa, en su lugar había un rostro demasiado serio y bajo sus ojos se podían ver unas grandes ojeras lo cual dio a Martha una idea de la mala noche que su hijo había pasado. Ni tan siquiera Alexis fue capaz de sacar una sonrisa de su padre cuando se le acerco y le disparo con su pistola láser. Él tan solo la miro y acto seguido se giro encaminándose hacia su despacho cerrando la puerta del mismo tras él.

Martha no tenía dudas, algo había sucedido aquella noche y por primera vez en todos aquellos meses sintió miedo. El teléfono de Castle sonó, Martha vio que la persona que llamaba era la detective y por instinto contestó. Kate se extrañó que fuera ella la persona que respondió y más aun cuando Martha le dijo que Castle había dejado su móvil olvidado en la cocina y que el escritor se había encerrado en su despacho. Martha le relato sus miedos, las ojeras de Castle, la tristeza que parecía haberse adueñado de él aquella mañana.
Ese día no iba a salir como la mayoría de nuestros protagonistas habían imaginado al despertarse.

-No se Laine, Martha se escuchaba realmente preocupada –comentaba la detective a su amiga, ambas habían decidido salir a comer ya que el caso se resolvió en un momento.
- A ver cariño, ¿por que la preocupación?, todos alguna vez pasamos una mala noche o nos levantamos con el pie izquierdo pero no por eso hay que hacer un mundo –decía la forense tratando de quitar hierro al asunto.
- Ya si en el fondeo tienes razón. Sé que es absurdo asustarse porque Castle haya dormido mal o haya decidido tomarse el día libre de la comisaria. Pero es que ni siquiera su hija logro que sonriera.
-Pues eso, como tú dices es absurdo. Pero si te quedas más tranquila porque no te pasas por su casa y le haces una visita.

18 nov 2013

¿Y si fuera ella? 14

Ya en la comisaria la detective Beckett se puso a repasar el antiguo caso sobre Richard Rodgers en el que se vieron envueltos policías corruptos, uno de ellos era Collins.
Durante el caso se demostró que tanto Collins como su compañero no solo aceptaban sobornos de la mafia irlandesa sino que al mismo tiempo ejercían de traficantes. También se pudo demostrar que fueron Collins y su compañero los que habían ordenado el asesinato del mejor amigo de Richard así como la colocación de pruebas falsas para tratar de incriminar a Richard.
Finalmente ambos policías fueron condenados a cadena perpetua, con posible revisión a los 20 años.
Como ella había pensado tras la conversación mantenida con su padre, el detective Collins tenía un hijo, su nombre era Nick Collins. En el momento de la detención del policía su hijo contaba con 16 años, y realizaba sus estudios en St. Stanislaus Kostka School.
Ahí estaba la relación con Castle. De alguna forma Collins había logrado averiguar quién era realmente Castle y había comenzado a urdir su venganza.

Horas más tarde la detective se encontraba en la sala de interrogatorios número 3 con el sospechoso.

-A ver, deja de jugar conmigo ¿vale? Tenemos tus huellas, tu ADN, las fotos, los mails. ¿En serio quieres seguir diciendo que no sabes porque te hemos detenido? ¡Venga ya!, mi tiempo es oro y no lo pienso seguir malgastando con un engendro como tú. Es fácil, venga cuéntame cómo paso y todo esto terminara y me podre ir a mi casa. Aunque ¿sabes una cosa?, incluso me podría saltar esta parte –se ponía en pie y se acercaba al detenido, apoyaba una de las manos en la mesa y con la otra giraba la cara de Collins- escucha te voy a contar una historia. Hace 16 años fueron detenidos dos policías, acusados de tráfico de drogas, asesinato, sobornos. El principal testigo de la acusación fue un chaval llamado Richard Rodgers, que conocía de sobra el juego sucio de aquellos policías ya que lo había sufrido en sus carnes. Gracias a su testimonio y a todas las pruebas reunidas aquellos polis corruptos fueron condenados. Lo curioso es que uno de ellos era tu padre, debió de ser duro para un chaval descubrir que su padre tan solo era un delincuente…-Collins no aguanto más y comenzó a gritar.

Mis fotos favoritas 11 BARCELONA

Barcelona es una ciudad que me embrujó. Además es otras de las ciudades que recorrí en la mejor compañía posible, mi pareja.
¿Damos un paseo?






Mis fotos favoritas 10 GRANADA

Granada tierra soñada por mi...
No era tierra soñado por mi, pero una vez en ella, sí es ciudad de la que me enamoré








17 nov 2013

¿Y si fuera ella? 13

Beckett tenía en sus manos el informe sobre los restos hallados en las copas. Laine había podido aislar ADN así como había podido obtener un par de huellas dactilares. Un olor muy conocido por ella hizo que la detective levantase su cabeza de los papeles, encontrándose frente a ella una mano ofreciéndole una taza de café recién hecho.

-Buenos días Beckett he pensado que te vendría bien un buen café recién hecho, por lo menos a mi me ayuda a inspirarme –decía mientras le entregaba a la detective su café, y sentándose en la silla que se encontraba al lado de la mesa de ella- ¿has recibido ya el informe de la médico forense?
-Buenos días Castle, gracias por el café, y sí es justo lo que estaba leyendo cuando has aparecido –decía de corrido la detective intentando volver a centrar su vista en los papeles- por cierto la médico forense como tú la llamas tiene nombre y es Laine.
-Ok, tomo nota de su nombre. Y bien, ¿que dice el informe?
-Pues a ver, el ADN encontrado en una de las copas coincide con el  del cabello encontrado en la victima, además ha podido sacar y cotejar unas huellas dactilares y estas se encuentran en el sistema. Las huellas son de un tal Nick Collins al igual que el ADN. Detenido hace 4 años por tenencia de estupefacientes.

En aquel momento Ryan apareció con un nuevo informe en sus manos.

-Beckett, tengo aquí lo que han logrado sacar los técnicos tanto del móvil como del Ipad encontrado. En el móvil solo han aparecido llamadas recibidas y realizadas a un número. Era un móvil de prepago, pero se ha podido llegar hasta la persona que lo compro. Fue un tal Nick Collins, investigando un poco…
- Collins, fue arrestado hace 4 años por tenencia de estupefacientes. Sus huellas aparecen en las copas encontradas por Castle y por mi ayer en la casa de la víctima. Parece ser que Collins y Rachel tramaban algo -decía levantándose y acercándose a la pizarra para colocar allí la foto de Collins.
- Que relación podían tener Rachel, Collins y Nobel –preguntaba Castle.
-Por lo que sabemos –intervenía Espo- Rachel y Nobel estudiaron juntos. Podría ser que Collins también estudiase con los ellos.
-Espo ¿sabemos la dirección de Collins? –Ante la respuesta negativa por parte de su compañero, Beckett le pidió que se centrara en intentar localizarle- Ryan intenta averiguar si los 3 se conocían. Castle y yo iremos a ver si los técnicos han logrado sacar algo de los negativos.

Justo cuando Beckett abría la puerta del despacho de los técnicos el móvil de Castle comenzaba a sonar, haciendo que se quedara fuera de aquel despacho para poder atender la llamada con tranquilidad.

15 nov 2013

Gracias 7

Sentado en la almena del castillo cerraba sus ojos intentando descubrir si su cerebro era capaz de transportarle a cada rincón de aquel pueblo.
Recorría la ladera de la antigua fortaleza, sus píes se apoyaban en rocas que en algún momento formaron parte de la misma, saltaba entre aquellas, posando finalmente sus alpargatas en los verdes campos, regados antiguamente por la sangre derramado de los valientes soldados que una y otra vez defendieron con su vida la libertad de los hombres de aquella región.
Se perdía por la adoquinada calle que descendía desde aquel castillo, en otros tiempos símbolo de resistencia, sus pies se paraban en la entrada del campo santo, sintiendo como siempre un escalofrío recorrer su cuerpo, retomaba su carrera por aquella calle empinada. Cuantas veces en invierno, tras las grandes nevadas no se había tirado por aquella pendiente abajo, terminando casi empotrado en la fachada de la casa del Tio Ignacio. Una sonrisa se dibujó en su rostro al recordar aquellos días de nevadas. Pero hoy hacía sol y calentaba de lo lindo, bajar aquella pendiente corriendo, hacía que el aire le golease en la cara, le gustaba lo que sentía, corriendo era libre.
Paró para respirar justo cuando la pendiente terminó, apoyó las manos en las rodillas, intentando que su respiración volviera a ser normal, miró a su izquierda y luego a la derecha, intentando decidir qué dirección tomar ahora.

Mis fotos favoritas 9

Lisboa, con esta ciudad me pasó una cosa curiosa. Sólo el paso del tiempo ha logrado que admirara su peculiar belleza.





¿y si fuera ella? 12

 Tras aquella conversación con Martha su noche había sido larga y dura. Cuando el despertador emitió su clásico sonido, ella un no había logrado dormir. Por su cerebro habían estado pasando sin cesar imágenes de Rick, de los increíbles meses en los que pudieron disfrutar de su amor. Del dolor que sintió por verse fuera de la vida de su novio. Del dolor que sentía ahora que había descubierto todo el sufrimiento vivido por aquel hasta que había lograr reinventarse.
Durante demasiados años de su vida el odio que sintió por Rick había ocupado un gran espacio en su corazón. Pero después de la conversación aquel odio había desaparecido y solo quedaba vacío  Le aterraba sentir aquel éste.
Ya vestida, mientras se colgaba a su cuello la cadena con el anillo de su madre y ponía en su muñeca el reloj de su padre, en su cerebro aparecía una pregunta. ¿Y ahora qué?

Puntual como cada mañana llevaba a la comisaria, a su casa. Porque lo iba a negar allí dentro se sentía segura. Allí estaban sus amigos, esos que serian capaces de dar la vida por ella de la misma forma que ella lo haría por ellos.
Nada más llegar se dio cuenta de que aun necesitaba hablar con otra persona, necesitaba hablar con su amiga, necesitaba abrirse a la forense. Su cerebro le decía que a lo largo del día seguro que coincidía con ella y podría contarle algo de lo que le pasaba. Sonreía al recordar que en su última conversación le habló de los raros presentimientos que tenia, ahora sabia que aquello era “su pasado” alcanzando “su presente”.
La voz de Gates la sacó de sus pensamientos, devolviéndola a la realidad.

-Beckett a mi despacho, ya.

13 nov 2013

¿Y si fuera ella? 11

Por fin habían logrado una orden judicial que les permitió compara el ADN encontrado en la victima con el del escritor.
-Kate, cariño. No es de él. –Decía Laine con cara de sorpresa.
-Vale, gracias. Chicos el ADN no concuerda –decía tras colgar el teléfono- joder, estamos en un punto muerto. Con lo que tenemos nadie condenara al novio,  pero tampoco somos capaces de encontrar otro sospechoso.
-Detective –intervenía la agente Liz- por lo que sabemos el asesino es zurdo. Por lo que he podido comprobar Castle es diestro, además me eh fijado en que tiene un leve temblor en la mano izquierda. Quizás, él no sea nuestro asesino. Si, ya sé que existen los mails, pero sobe que iban realmente. Igual deberían intentar descubrirlo. Para así por fin poder descartar del todo a Castle y centrarnos en buscar al verdadero asesino.

Todos miraban a la agente con cara de sorpresa, pero tras pensar un momento en lo que había dicho se dieron cuenta de que igual tenía razón.

-Liz, sala de interrogatorios, es todo tuyo decía Gates, que había escuchado toda la conversación.

-Buenos días señor Castle, letrado. Soy la agente Liz y me gustaría que respondiera a algunas preguntas –dios que bueno está este tío.
-Que ha pasado con la detective Beckett, ¿no quiere venir a jugar?
-Richard, por favor esto es serio. Compórtate de acuerdo –era regañado por su propio abogado- proceda agente
- Está bien. Porque las discusiones, y los mails. Que había hecho la víctima. No creo que fueran por celos, no creo que tengan nada que ver con la ruptura de la relación.
-Tiene razón. Rachel me dijo que iba a publicar en su blog fotos nuestras. Fotos donde se me vería la cara, igual que fotos de mi hija. Siempre he tenido especial cuidado con eso, no porque a mí me moleste la fama, o no quiera ser reconocido. Siempre he sido cuidadoso por mi hija, no quiero que se le acerque un loco por culpa de que sea reconocida como la hija del famoso escritor Richard Castle. Así que le dije que lo pensase bien. Que si continuaba con esa idea me vería obligado a acudir a los tribunales y que sería el final de su carrera.
-Esta es la demanda que interpusimos contra la señorita Norton el día de su muerte. –Intervenía el abogado- el señor Castle hizo esa noche un último intento, pero no obtuvo respuesta por parte de ella. Ahora sabemos la razón.
-Señor Castle es usted ¿diestro? –Continuaba la agente.
-Sí, lo soy.¿ Qué tiene eso que ver con el caso?
-Ahora mismo se lo diré, no se preocupe. Le importaría escribir algo en este folio. Primero con la mano diestra y después con la mano izquierda. –Decía poniendo ante él el folio en blanco.
Castle hizo lo que le pidió la agente, pero en el momento en el que comenzó a escribir con su mano izquierda el temblor apareció en la misma imposibilitando que escribiera nada.
-Muchas gracias señor. Ahora vendrá mi superior.

Tras el espejo, Gates decía a la detective Beckett que pusiese inmediatamente en libertad al señor Castle. Y que se centrasen en buscar al verdadero asesino.

-Buen trabajo Liz. A veces una mente limpia es mucho más útil que horas mirando una pizarra –decía la detective Beckett mientras se dirigía a la sala de interrogatorios- Señor Castle, es libre para marcharse en este momento. Ya sabemos que usted no mató a la señorita Norton. Siento mucho las horas que le hemos hecho pasar en esta comisaria, pero entenderá que es nuestro trabajo-tienes una hija, una hija. Dios Beckett céntrate, deja de pensar cosas raras.
-Gracias detective. No se preocupe se que realizaban su trabajo. Gracias por tomarse este asesinato tan en serio. Y quisiera disculparme por mi comportamiento durante el interrogatorio, no me comporte de la forma adecuada. Realmente lo siento. Y ahora si me disculpa, tengo que ir a recoger a mi hija al colegio.

Volvían a estar como al principio, no tenían ni una pista acerca de quién era el asesino y o encontraban algo pronto o ese pasaría a ser un caso abierto en un almacén.
Aquella noche al salir de la comisaria llamó a un teléfono que hacía años que no usaba.

-Hola, soy Kate. Necesito hablar contigo. Vale, me das tu dirección y me acerco. Estaré ahí en 20 minutos. Gracias.