19 dic 2013
18 dic 2013
17 dic 2013
9 dic 2013
Destino Berlín
Cuándo comenzamos a pensar un destino para nuestras vacaciones de invierno, nuestro cerebro decidió que la mejor opción era Alemania y más concretamente la ciudad de Berlín.
Nos decidimos y dijimos a Berlín. Pero parecía algo lejano, sin embargo mañana lunes dia 9 estaremos en el avión rumbo a dicha ciudad.
Frío del carajo dicen que hace. Ya os lo contaré.
Me voy en la mejor compañía posible, la de mi pareja.
Qué ganas de estar en el avión, pese al miedo que me dan.
5 dic 2013
¿Y si fuera ella? CAPITULO FINAL
Y por fin llegó el día tan
esperado por ambos. Durante mucho tiempo
lo que iba a suceder aquel 17 de Febrero de 2013 había parecido una utopía.
Pero por fin después de mucho luchar lo iban a lograr.
Castle se encontraba aun en su
cama, hacia horas que se había despertado pero no quería levantarse por si al
hacerlo descubría que todo había sido sólo un sueño. Martha decidió que ya era
hora, Richard debía comenzar a prepararse o llegaría tarde.
-Richard querido, es hora de
levantarse. No querrás llegar tarde en el día más importante de tu vida. Venga
arriba –mientras pronunciaba aquellas palabras retiraba la ropa de la cama,
dejando a su hijo totalmente destapado.
Castle tan solo se hacia un
ovillo y metía su cabeza bajo la almohada. Martha al ver aquello se sentaba en
la cama al lado de su hijo.
-¿Qué sucede muchacho?
-Nada madre –contestaba el
escritor aun bajo la almohada.
-Ya, nada. Por eso no te
levantas. A ver Richard, siempre hemos hablado de todo. ¿Qué te pasa?
-Tengo miedo – por fin sacaba su
cabeza del escondite- miedo de que al levantarme todo haya sido un sueño. Miedo
de que Kate no sea real. Miedo de volver a estar en tinieblas. Miedo a
despertar recordando lo soñado y que sólo sea eso, un sueño. Madre, ya no podría volver a vivir como lo
hacía antes.
-Richard, no es un sueño
–acariciaba la cara de su hijo con inmensa ternura. En el fondo ella también
había sentido ese miedo- todo es real. Katherine es real, tu amor por ella es
real, el suyo por ti es real. Es real que tu hija adora a tu futura mujer. Es real
que tus amigos estarán aquí. Es real que vuelves a llamarme madre. Tu vida
Richard Alexander Castle es real.
-Gracias madre –se fundía en un
abrazo con aquella mujer que tanto había sufrido a lo largo de aquellos años-
Te quiero madre. Sé que lo digo poco, pero no por ello es menos cierto.
-Yo también te quiero muchacho. Y
ahora si no quieres que Katherine te mate, levántate –Martha salía de aquella
habitación con una sonrisa.
3 dic 2013
¿Y si fuera ella? 25
Tras haber estado una semana hospitalizado el escritor por
fin recibió el alta, era libre. Aquella mañana junto a Castle se encontraban las
mujeres de su vida, su madre, su hija y la mujer tantas veces soñada por él.
El médico le había aconsejado tranquilidad, y semi reposo. Le
aconsejo que al menos durante el primer mes fuera del hospital se tomase las
cosas con calma. Tras aquel consejo Martha decidió que lo mejor sería que su
hijo pasase una temporada en la casa que poseía en Los Hamptons. Allí
encontraría la tranquilidad que necesitaba para recuperarse.
Al escuchar aquello Beckett sintió como la tristeza inundaba
su corazón. Ella pensaba cuidarlo en casa, pero si él se iba aquella idea no
podría ser llevada a cabo.
-Kate, ¿vendrás conmigo? – La voz de Castle la sacó de sus
pensamientos.
-¿Acompañarte a los Hamptons? –Se sintió idiota por no haber
pensado que él se lo propondría- me encantaría pero no sé si Gates me concederá
unos días de vacaciones para poder hacerlo.
-Bueno, pues tendremos que preguntárselo entonces- en la
mente del escritor no cabía la posibilidad de estar tanto tiempo alejado de
Beckett.
-Si no lo logro, podría ir cada viernes y quedarme hasta el
domingo y el resto de los días estarías acompañado por Alexis y tu madre.
-Querida, ni Alexis ni yo iremos. La niña debe asistir a la
escuela y yo me quedaré cuidándola. En todo caso iremos los fines de semana, y
así tú podrás descansar –Martha estaba decidida a que de una vez por todas
ellos estuvieran juntos.
-Esperemos que la capitán me de esos días.
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