Por qué la gente se empeña en que a los padres, a los
hermanos se les quiere por el simple hecho de serlo. ¿Desde cuando es suficiente
haber parido para ser madre?, y no digamos del padre. O sea que hay que aceptar
que por ese simple hecho, yo su hija voy a quererlos de por vida, eso es tan
absurdo y retorcido como creer que los padres nos quieren por que sí.
Pues la gente cree, que en nuestro ADN hay un gen que
identifica a la familia y nos hace amarlos, eso que la gente dice que la sangre
tira, y busca a la suya. Deja que me ría.
El amor hay que ganárselo, puede que siendo niños queramos a
nuestros padres por el simple hecho de serlo, puede que porque es lo que vemos,
¿no? los niños quieren a sus padres, sin preguntas.
Vale pues yo pienso que eso es absurdo, porque por esa regla
de tres si mis padres me hubiesen abandonado y hubiese sido adoptada, tendría
que seguir queriendo a mis padres biológicos de por vida, sin pensar en lo que
ellos me hicieron. Y si les continúo queriendo ¿qué pasaría con mis nuevos
padres? según esa teoría de la sangre nunca conseguirían mi amor, sólo mi
cariño y gratitud.
Pues bien soy adulta y puedo gritar muy alto que no quiero a
mis padres y no sólo es que no los quiera ahora, es que nunca los quise. Y no
me siento mal, no me duele el decir esto. Si alguien me escuchase, probablemente
no lo entendería, me diría que soy fría, insensible y que eso es ir contra
natura. Y yo contestaría que es totalmente lógico y normal, los sentimientos no
se pueden forzar, los tienes o no los tienes pero no los puedes imponer.
Lo mismo digo del supuesto amor entre hermanos, es lo mismo,
una quimera.
Mañana es el entierro de mis padres, y allí estaré y si
alguien me preguntase por qué, sólo podría decir que alguien me lo pidió, pero
si por mí fuera no estaría allí, con este gesto estoy traicionando mis
principios, pero decidí que lo mejor era hacerla a ella feliz.
Probablemente, mañana me sentiré como el protagonista de EL
Extranjero de Albert Camus, incomprendida y atacada. Su problema empezó por no
llorar en el entierro de su madre. Claro que yo no he matado a nadie, pero la
gente en ese momento me mirará y reaccionará igual, no entenderá mi ausencia de
lágrimas. Pero es que ellos no tienen que entenderlo, sólo tienen que
despedirse de ellos que para eso estarán allí.
Y yo por mi parte, intentaré seguir siendo feliz con la mujer
que un día se cruzó en mi vida para demostrar que era cierto que el amor existe
y que nace y lo sientes como crece.
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