18 nov 2013

¿Y si fuera ella? 14

Ya en la comisaria la detective Beckett se puso a repasar el antiguo caso sobre Richard Rodgers en el que se vieron envueltos policías corruptos, uno de ellos era Collins.
Durante el caso se demostró que tanto Collins como su compañero no solo aceptaban sobornos de la mafia irlandesa sino que al mismo tiempo ejercían de traficantes. También se pudo demostrar que fueron Collins y su compañero los que habían ordenado el asesinato del mejor amigo de Richard así como la colocación de pruebas falsas para tratar de incriminar a Richard.
Finalmente ambos policías fueron condenados a cadena perpetua, con posible revisión a los 20 años.
Como ella había pensado tras la conversación mantenida con su padre, el detective Collins tenía un hijo, su nombre era Nick Collins. En el momento de la detención del policía su hijo contaba con 16 años, y realizaba sus estudios en St. Stanislaus Kostka School.
Ahí estaba la relación con Castle. De alguna forma Collins había logrado averiguar quién era realmente Castle y había comenzado a urdir su venganza.

Horas más tarde la detective se encontraba en la sala de interrogatorios número 3 con el sospechoso.

-A ver, deja de jugar conmigo ¿vale? Tenemos tus huellas, tu ADN, las fotos, los mails. ¿En serio quieres seguir diciendo que no sabes porque te hemos detenido? ¡Venga ya!, mi tiempo es oro y no lo pienso seguir malgastando con un engendro como tú. Es fácil, venga cuéntame cómo paso y todo esto terminara y me podre ir a mi casa. Aunque ¿sabes una cosa?, incluso me podría saltar esta parte –se ponía en pie y se acercaba al detenido, apoyaba una de las manos en la mesa y con la otra giraba la cara de Collins- escucha te voy a contar una historia. Hace 16 años fueron detenidos dos policías, acusados de tráfico de drogas, asesinato, sobornos. El principal testigo de la acusación fue un chaval llamado Richard Rodgers, que conocía de sobra el juego sucio de aquellos policías ya que lo había sufrido en sus carnes. Gracias a su testimonio y a todas las pruebas reunidas aquellos polis corruptos fueron condenados. Lo curioso es que uno de ellos era tu padre, debió de ser duro para un chaval descubrir que su padre tan solo era un delincuente…-Collins no aguanto más y comenzó a gritar.


-No tienes ni puta idea. Mi vida se convirtió en un infierno. Tuve que dejar mi colegio, mi casa, mis amigos y todo porque un puto crio no quiso jugar según las reglas que mi padre le marcó. La gente me señalaba como el hijo del poli corrupto, mi padre tan solo quería darme lo mejor. En la cárcel mi padre no duro ni 3 años, fue asesinado en unas duchas. Mi madre, tuvo que ponerse a trabajar, tenía dos trabajos y vivíamos en una mierda de apartamento de 1 habitación. Mis sueños se esfumaron, nada de universidad. Tuve que buscarme la vida para conseguir algo de dinero. Y todo por culpa de Richard Rodgers. Hace unos dos años tras salir de la cárcel decidí que ya era hora de que el culpable de haber destrozado mi vida pagase por ello. Investigué, lo primero que descubrí fue que aquel chico casi había muerto en un accidente al año siguiente de que el caso de mi padre saliera a la luz. Pensé que el universo había sido justo. Pero un día hace unos meses por casualidad supe que Richard Castle famoso escritor, millonario, con millones de fans, casas por todo el mundo era en realidad Richard Rodgers. Y eso no era justo, él tenía todo y yo no tenía nada. Él tenía que pagar.

-Y fue entonces cuando contactaste con tus amigos y le tendisteis la trampa –le interrumpió la detective.

El detenido continuo su relato sin tan siquiera mirar a la detective.

-Un día me encontré por casualidad con Rachel, cuando me iba a acercar a saludar vi que iba acompañada por un hombre. Le reconocí de inmediato, era el culpable de la mierda de vida que yo tenía. Aquella misma tarde llame a Rachel y quede con ella. Me conto que estaba saliendo con Castle, me enseñó su foto y entonces no me quedó ninguna duda. Él debía pagar. Así que decidí utilizar a mi amiga. Su trabajo de fotógrafa y su relación con él me proporcionarían las fotos de su familia. Un día Rachel empezó a preguntar acerca de mi interés en su novio, no le parecía lógico que yo quisiera ver todas y cada una de las fotos que se hacían. Así que cuando vi que ella podría dejar de ser útil, decidí dar un paso más. Una noche mientras cenábamos le suministre GHB y mantuve con ella relaciones sexuales que decidí grabar. Cuando al día siguiente le mostré la grabación ella accedió a trabajar conmigo siempre y cuando nunca le mostrase a Castle la grabación.

-Sabes que terminas de confesar un nuevo delito, ¿verdad? Violación –aquel individuo le provocaba nauseas, como alguien podía ser tan frio y como podía haber usado a su amiga de aquella manera.

-Y que más da detective, acaso no estoy ya sentenciado a la pena capital. Quiere saber el resto o prefiere dejarlo, veo que está un poco pálida –decía poniendo una sonrisa.

-Y Nobel, ¿como lograste que te ayudara?

-Eso fue más fácil, a fin de cuentas él tan solo era un yonki. Así que por drogas hacia lo que fuera.

-Y ¿por qué al final decidiste terminar con ambos? –continuaba interrogando la detective.

-Rachel decidió que se lo iba a contar todo a Castle, realmente estaba enamorada de él. Y pensó que si le contaba todo él volvería con ella. Y respecto a Nobel, era débil y estaba a punto de derrumbarse.

-Pasaras el resto de tu vida entre rejas, cosa que me alegra- decía la detective mientras le daba a firmar la confesión.

-Detective, ¿cómo se siente al estar cerca de él y saber que usted no es nada para él?- en aquella habitación solo se escucho el golpe de la mesa al caer y acto seguido el golpe que produjo el puño de la detective al impactar sobre la mandíbula del detenido.

 La capitán Gates había mandado a la detective Beckett a su casa tras lo sucedido en la sala de interrogatorios.

Beckett decidió pasarse por casa del escritor para comunicarle que el caso estaba cerrado. No tenía muy claro cómo explicar la razón que Collins tenia para intentar acabar con él.

Fue Martha la persona que abrió la puerta, la que la invito a entrar y la que la acompaño hasta el despacho de Castle. Viendo la cara de la detective la mujer decidió que sería mejor quedarse para escuchar lo que Beckett tenía que decir.

Castle se ponía en pie al ver entrar a las dos mujeres y se acercaba a la detective para dejar un beso en la mejilla de la mujer.

-Y ¿a qué debo esta visita? No sé porque pero tengo la sensación de que no es de cortesía-decía al tiempo que la invitaba a sentarse y le ofrecía un café.

-Quería que supieras que hemos cerrado el caso de Rachel, tenemos al culpable de su muerte y de la de Nobel. Ambos fueron asesinados por Collins –la cara de Martha de transformo al escuchar ese apellido- él era también la persona que iba tras de ti. Así que ya puedes estar tranquilo, la capitán ha dado orden de quitarte la vigilancia. A partir de ya vuelves a ser libre para moverte por donde quieras.

-Gracias Beckett, gracias por todo – en la cara del escritor se reflejaba algo de tranquilidad pero también se podía ver que había algo que no terminaba de entender- Beckett, ¿Por qué?

-No tienes que darme las gracias, solo hacia mi trabajo –contestaba haciendo caso omiso a la segunda parte- y ahora si me disculpas voy a ir a mi casa.

Cuando ya estaba poniéndose en pie la voz del escritor volvió a sonar.

-Beckett, dime porque iba tras de mí. Seguro que te lo ha contado durante el interrogatorio.

-Castle, qué más da. Ya ha terminado, no te sirve con eso –no se sentía preparada para hablar con él, pero viendo la cara del escritor supo que no tenía más remedio que contarle lo descubierto.

La cara del escritor fue cambiando a medida que ella relataba lo descubierto. Beckett veía como él se iba encogiendo en su sillón y como las lagrimas comenzaban a abandonar los ojos para corree libres por las mejillas.

-Nunca me va a dejar ser feliz. Nunca-decía mientras escondía la cara entre las manos.

-Castle, no es culpa tuya. Collins está perturbado -decía Beckett acariciando la espalda del escritor- no le des más vueltas, por favor.

-Siempre estará ahí. No lo entiendes. Él siempre estará ahí.

-Cariño –Martha decidía intervenir- lo que ese individuo ha hecho no es culpa tuya ni culpa de quien eras tú antes del accidente. El culpable es solo él. Igual que el culpable de que su padre terminara en prisión fue del padre y tú no tuviste nada que ver. Tan solo has sido una víctima de esas personas. En cuanto a que nunca te va a dejar ser feliz solo puedo decir que la decisión de que Richard Rodgers era pasado fue tuya y de nadie más. No nos preguntaste. En ti hay mucho de quien fuiste, tan solo eres tu el que no quiere saberlo. Hay mucha gente a la que echaste de tu vida que aun hoy en día querría formar parte de ella. Siempre estará ahí, porque tú eres él.

-Martha, repetiré  lo que dije hace años. Yo soy Richard Castle  no soy Rodgers. No recuerdo como era, que le gustaba o que quería hacer con su vida, no le odio porque sé que entonces debería odiarme a mí mismo. Solo espero no llevarme más sorpresas respecto a mi vida anterior. Solo quiero continuar viviendo y mostrando a la gente como es Richard Castle.

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