4 nov 2013

¿Y si fuera ella? 3

Los meses pasaron rápido, el verano llegó, por fin se terminaron las clases. Aquel año había sido agotador para Richard. Habían pasado demasiadas cosas. Y aun le costaba asimilarlas. Si no hubiera sido por Kate probablemente estaría cuando menos en la cárcel o lo que aun es peor, podría estar muerto.
Por la mente del joven pasaban multitud de preguntas aquel día: “Todo un verano libre, entero para hacer lo que quisiera, sin otro problema que disfrutar del tiempo sin tener que preocuparse por nada que no fuera disfrutar. Este sería el último verano así, el próximo sería el de su incorporación a la universidad. Mejor no lo pienso, tengo todo un año para terminar de decidir que estudiaré y sobre todo donde. Kate quiere estudiar derecho e ir a Stanford. Derecho, no, eso sí que sabía que no quería estudiarlo. Tenía muy claro lo que no quería, nada relacionado con las leyes. Ya muchacho pero ella irá allí, porque asumámoslo con sus notas entrará donde quiera, y entonces tú que harás la seguirás o solo os veréis en vacaciones. Joder Kate, me va a matar llego tarde. Habíamos quedado para ir al cine”.
Si cualquiera le hubiera visto en aquella habitación hablando solo habrían pensado que aquel joven estaba algo trastornado.
-Madre –decía ya con el pomo de la puerta en su mano- me voy, Kate me va a matar, llego tarde.
La encontró sentada en las escaleras de entrada a su edificio. Podía ver, incluso a esa distancia, el enfado dibujado en su cara.
-Hola preciosa-decía nada más acercarse a ella- lo siento ya sé que llego tarde, ¿podrás perdonarme? –decía poniendo su mejor cara de niño bueno.
-Hola Rick, es que ¿ni una sola vez puedes llegar a la hora?-decía sin mirar su cara, no levantes la vista si lo haces estás perdida Kate y recuerda que estás enfada- ahora ya no llegamos al cine.
-Oh, vamos cariño, no te enfades -tomaba con su mano la barbilla de ella, para levantarla- venga Katie no te enfades, prometo recompensarte por esto. ¿Contenta?
-No me enfado, pero de verdad no logro entender como no eres capaz de llegar nunca a la hora que decimos. No es difícil cariño -vale, ya está, ya miraste su cara, ahora Kate estás perdida- Y como tienes pensado compensar el que hoy no podamos ir al cine ¿si se puede saber?
-Seguro que algo se me ocurre. Y ahora ¿qué te apetece hacer?
 Al final terminaron paseando por las calles de NY y tomando uno de los fantásticos helados de Cones, Ice Cream Artisans, la heladería situada en 272 Bleecker Street.
Después volvieron a casa Kate. Igual ese no era el día para que el joven contase sus  planes de verano. Porque ¿a ver cómo le decía que su idea era marcharme a Escocia a ver a su tío Henry y pasar allí el verano? Pero realmente necesitaba desconectar un poco de todo lo que había sucedido aquel año.
Después de dejar a Kate en su casa, volvió a la suya paseando, necesitaba poner en orden sus pensamientos.

Por fin había llegado el día en el que tendría que decir a su novia que se iba fuera a pasar el verano.
-Richard hijo, seguro que eres capaz de lograr que Kate lo entienda.
-No lo tengo yo tan claro madre.
-Vamos cariño, Kate es una chica inteligente, sabrá entender tu necesidad de recargar pilas, de tratar de olvidar este año y todo lo que sucedió.
-No estoy yo tan seguro. Solo llevamos saliendo dos meses, y ahora que tenemos tiempo para poder estar juntos cada día e ir avanzando en nuestra relación yo voy y me largo a Escocia. No lo va a entender.
- Richard, lo entenderá si se lo explicas bien. Y si no lo hace, entonces tal vez no es la chica que pensábamos. Y ahora vete, que si no volverás a llegar tarde y encontraras a tu novia enfada, y entonces sí que no serás capaz de hacer que entienda que la vas a dejar sola todo el verano-realmente le va a matar pensaba Martha.
Por fin llegaba a casa de los Beckett, aparcaba justo delante de la entrada. Salía del coche y encaminaba sus pasos hacia aquella casa.
Le abría la puerta una sonriente Kate.
-Hola Rick, no me puedo creer que por fin hayas sido puntual - decía y después depositaba un tierno beso en los labios de su novio- ¿qué pasa? ¿Por qué traes esa cara?
-Nada mi amor, es sólo que …-decía bajando su mirada.
-¿Nada? Y siendo nada ¿no eres capaz de mirarme? –la joven no entendía que pasaba.
-Kate cariño tenemos que hablar de una cosa- tomaba su mano y juntos se encaminaban hacia el salón.
-Richard me estás asustando. ¿Qué narices pasa? ¿He hecho algo mal?-la intranquilidad de ella iba en aumento.
- Verás, hace ya unos meses decidí que este verano iría a visitar a mi tío Henry. Bueno en realidad no es mi tío, es el ex marido número dos de mi madre, pero siempre hemos tenido una conexión especial.
-Vale, ¿sólo es eso? Realmente me habías asustado. Me parece genial –menos mal, solo es que va a estar fuera unos días pensaba Kate- y ¿cuándo te vas?
-El viernes, salgo el viernes –decía bajando la cabeza.
-Vale eso es pasado mañana. Y regresas cuando ¿el lunes? ¿O te quedas unos días más?
-Veras, Kate solo quiero que escuches hasta el final y luego hablamos ¿vale? Cuando comencé este último año en el nuevo High School me prometí a mi mismo que esta vez todo saldría bien. Que no volvería a meterme en líos, que sería el lugar en el que terminaría mis estudios y donde decidiría cual iba a ser mi futuro. Decidí que mi pasado no me alcanzaría, que nunca más las drogas ni las peleas formarían parte de mi vida. Y todo comenzó bien, el instituto me gustó, la gente era fantástica, el grupo de debate entró en mi vida y parecía que todo empezaba a tener sentido, que todo se encauzaba. Incluso en los días en los que nosotros parecíamos dos bombas de relojería a punto de explotar, incluso en esos días mi vida tenía sentido. Entonces decidí que al final del curso si lograba que todo terminase bien, iría a ver a Henry, para poder contarle que todo lo que un día le había prometido al salir de un juzgado lo estaba logrando. Me sentía feliz, pleno, lleno de vida nuevamente. Nada ni nadie podía hacerme dudar de mi mismo. Entonces sucedió, mi pasado volvió y me explotó en la cara.  Siempre dicen que cuando todo va especialmente bien deberíamos prepararnos para recibir un golpe que compense y equilibre de nuevo la balanza. En mi caso, no estaba preparado para el golpe, no lo esperaba y además fue demasiado duro. Si no hubiera sido por tus padres, ahora lo más seguro es que no estuviera aquí.
-Cariño, por favor…-ella podía sentir su dolor.
-Kate, por favor. Solo deja que termine-decía Rick mirando a su novia- después de aquello, tú reapareciste en mi vida por así decirlo. Descubrí a la Kate Beckett de la que todos me hablaban, y me enamoré de ella. Y por extraño que parezca tú lo hiciste de mí. Así que de nuevo volvía a sentirme bien, feliz, pleno. Pero algo dentro de mí no estaba bien, y aun hoy no lo está. Necesito salir de esta ciudad, necesito recargarme, necesito procesar todo lo que ha sucedido en mi vida no solo en este último año sino también en los dos años anteriores. Necesito procesar que mi mejor amigo fue asesinado por dos policías corruptos, que fui perseguido por ellos, detenido, juzgado y que eso no sucedió una sola vez. Necesito procesar que esos policías me tendieron una trampa para así poder terminar conmigo. Necesito procesar que si en mi vida no hubiera existido una Kate Beckett ahora estaría como poco en la cárcel y como mucho muerto. Necesito procesar que por un momento mi madre no confió en mí, y pensó que el “malo” de la película era yo. –Las lágrimas surcaban la cara de Rick- Kate, me estoy ahogando, siento que me voy hundiendo cada día un poco más, siento que lo único que aun hace que me mantenga a flote eres tú. Y no quiero que cargues con ese peso, quiero ser capaz de ofrecerte lo mejor de mí. Quiero poder darme por entero a ti. Quiero que seas totalmente feliz. Pero para que todo eso suceda, necesito curarme.
-Rick, oh mi amor, ¿qué puedo hacer para ayudarte? ¿Cómo no he sido capaz de darme cuenta de tu dolor? ¿Cómo no he visto que tus bromas y tu sonrisa escondían tanto dolor? - Kate no podía dejar de llorar, no quería que su amor sufriera de aquella forma.
-Kate, nada de esto es culpa tuya. Al contrario, sólo tú eres la responsable de que aun esté en pie. Pero necesito irme. Kate, mi viaje es a Escocia. Henry vive allí desde hace cinco años, y es allí donde voy a pasar todo el verano.
-¿Todo el verano? En Escocia.
-Lo siento, pero …
-Vale. No te disculpes. No es lo que tenía planeado para este verano, pero, entiendo que necesitas alejarte, recuperarte, cargarte de energía, dejar de una vez por todas tu pasado tras de ti. No voy a negarte que me encantaría que lo hicieras aquí junto a mí. Pero entiendo tu decisión.  Solo te voy a pedir una cosa, y es que no olvides que yo estoy aquí, por favor llámame, cuéntame cómo te va allí, como te vas sintiendo, deja que aun en la distancia forme parte de tu recuperación.
-Como voy a olvidarme de ti, eres lo mejor que me ha pasado en la vida. Te quiero Kate Beckett- dijo con total sinceridad.
-Te quiero Richard Rodgers.

Sus bocas se fueron acercando y sellaron su declaración con un beso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario